Aquí y ahora

¿Por qué seguimos buscando el Reino en las alturas? Fue la pregunta que le dio un sentido a mi misión.

Ésta sería nuestra última visita, porque se cumpliría el ciclo de la misión San Francisco Javier en la ciudad de Rodriguez, donde hemos misionado los últimos 3 años, pero todavía no caía en eso.

Cuando bajamos del colectivo, ellas estaban ahí paradas, esperándonos, fieles como desde el primer día, con sus manos cubiertas de harina y un par de repasadores en los hombros porque nos esperaban con la comida. Y con los primeros abrazos de bienvenida, otra vez me sentí en casa.

El primer día no había mucho para hacer, sólo volver a recorrer esos rincones de Rodríguez que ya nos eran familiares, que escondían alguna historia o que guardaban algún secreto. Al día siguiente había que salir, salir de dos en dos, con los 35°C a las 9 a.m que hacían que lo único que deseáramos al tocar una puerta era un vaso de agua, sin embargo poníamos nuestra mejor cara y volvíamos a lo nuestro, la misión. Pero tenías que reservar energías, porque el día recién empezaba y por la tarde nos esperaban varios torneos de fútbol.

Los días iban pasando, se iban acumulando historias, testimonios, risas, pero yo seguía sin caer que éste sería el último año, o quizás evitaba pensar eso porque no me gustaba la idea.

Pero Dios habla a su tiempo y a su modo, y en una de las oraciones fue que me planteó está pregunta ¿Por qué seguimos buscando el Reino en las alturas? El Reino comienza aquí y ahora, justo donde estamos. Comienza con un abrazo, con la sonrisa de un niño, con el silencio, con un partido de fútbol, con un apretón de mano, con la dedicación en una comida, con la simple presencia, con una lágrima, con la entrega de cada día. Comienza con hacernos conscientes de todo el amor que estábamos recibiendo de esas personas que apenas nos conocían .

Fue así como comprendí que la misión no se terminaba, sino que recién empezaba. Vivir, sentir y transmitir el amor, ese amor, en cualquier rincón del mundo donde quiera que esté,  esa es mi misión.

Hoy me llevo un pedacito de Rodríguez conmigo, y también dejo algo de mi en aquella ciudad. Sabiendo que después de la frontera, hay un lugar donde fui feliz, un lugar que me enseñó a sentir, un lugar que me recuerda quien soy, un lugar al siempre puedo volver, un lugar al que hoy llamo Mi otro Hogar.

Paulina Torres
Misión San Francisco Javier
Ciclo San José, Uruguay (2017-2019)

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