Tu mirada

Tu mirada puede cambiar por muchos motivos, por una fuerte crisis, porque el flujo de la vida así lo exige, o porque “simplemente” un momento, una experiencia, una vivencia te sacude tan fuerte el corazón que produce escombros con tus estructuras. Te sacude tan fuerte el corazón que te exige empezar a ver la vida con otros ojos, a observar y apreciar lo sencillo, lo ordinario. Es un temblor que  sacude tanto, tanto, que no puede significar menos que un renacer, en vos, en tu mirada y en tu comportamiento hacia la vida.

Son experiencias que no necesitan de análisis, la lectura es sencilla, el mensaje es claro porque no se necesita de un experto para percibir rastros de escombros…Y solo después de un derrumbe de tal magnitud, de un derrumbe de estereotipos, de estructuras, de exigencias; la mirada se transforma y ya no podrá volver a ser la misma…

Pero este cambio en la forma de percibir y vivir la vida exige de valentía. De una valentía que se enfrenta a un mundo acostumbrado a otro tipo de miradas. Por eso, serán valientes aquellos que, no pasen por alto la presencia de despojos en su corazón, valientes los capaces de contar una historia con la mirada a partir de lo vivido, valientes los que se animen a hablar a través de los ojos, que se animen a mostrar fragilidad y alegría al mismo tiempo. Valientes los que asuman el desafío de cambiar de mirada…

Y este cambio es un cambio radical, y como tal, no alcanza un compromiso parcial, no basta con cambiar a medias, no basta sólo con “algo” de compromiso. Para cambiar de mirada se necesita dar todo, se necesita de entrega, de un compromiso consciente, se necesita adoptar una mirada clara, transparente; se necesita de una mirada comprensiva y regocijadora; se necesita de una mirada tierna, humilde y servicial.

Sólo esta mirada será capaz de hablar y ver amor en la vulnerabilidad, sólo esta mirada será capaz de sentir magia en la caída de estructuras. Porque será esta una mirada capaz de percibir ternura en la fragilidad, presencia en la ausencia,  amor en el miedo, demasía en lo escaso, inmensidad en la pequeñez. Será una mirada capaz de divisar la belleza de lo sencillo. Te prometo que solo esta mirada será capaz de contemplar un cielo estrellado en los días de lluvia…

Clarita Alesandria

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