Testimonios del trabajo misionero en Siria

Hoy, en el mundo, muchos cristianos buscan hacer viva la Buena Noticia que nos trae un Dios Humano, un Dios de amor; en situaciones totalmente adversas.

Son muchos los países que sufren las consecuencias de las guerras, la persecución, el desabastecimiento que causa el hambre, la falta de asistencia médica, la pobreza extrema.

Comparto algunos testimonios, en esta ocasión sobre lo que está atravesando Siria, y el trabajo de misioneros y religiosos que eligen permanecer junto a aquellos hermanos que más nos necesitan.

Desde el año 2011, cuando grupos armados rebeldes, entre ellos terroristas del Estado Islámico, se levantaron en armas contra el Gobierno del presidente Bashar al-Assad, Siria sufre la guerra.  La guerra que estalló el año 2011 ha cobrado la vida de cientos de miles de personas y ha dejado millones de desplazados.

Las causas y los desenlaces que se han venido dando en este conflicto son complejas, y necesitan de un análisis en profundidad. Sin embargo, no es un dato menor que Siria sea un país con petróleo, y geográficamente estratégico para su comercio.

Un testimonio de ella es la hermana Guadalupe. Ella proviene de Argentina, y es misionera de la orden religiosa del Verbo Encarnado. Tras permanecer 12 años conflictivos en Egipto, que había atravesado una guerra civil (la primavera árabe), a Guadalupe le asignan en 2011 como lugar a Alepo, Siria, porque para entonces, meses antes que estalle el conflicto, era una lugar tranquilo, y se lo eligió con la intención de que la hermana pudiera descansar de su intensa labor en Egipto. Cuando estalla la guerra, a ella le dan la posibilidad de irse, pero a pesar de ello eligió quedarse.

Lo que nos cuenta Guadalupe en congresos y charlas, y ahora en el libro que ha escrito “Volverán las palomas” es realmente conmovedor, porque lo que se vive son situaciones de verdad límites, y en donde a pesar de ello, puede salir lo mejor de la condición humana: la fe, la esperanza. En sus palabras: “La población perdió todo pero se fortaleció su fe al estar en contacto con la muerte por la guerra. Ante tanta muerte tomaron conciencia de que se pueden morir y la vida tomó otro sentido, crecieron en la fe y la esperanza. Eso les da alegría, incluso para aprovechar las cosas de cada día”.

La hermana nos cuenta de misioneros que “aun pudiendo irse,  prefieren permanecer junto a los cristianos en dichos lugares difíciles para dar testimonio de Cristo, para consolarlos y amarlos como Él lo hace”. Son los “héroes silenciosos de hoy: los mártires y confesores de la fe, esa multitud de niños, jóvenes y ancianos especialmente de Medio Oriente, que no dudan en dar testimonio de Jesucristo aun a costa de sus vidas”.

En 2017, tras 6 años de compartir y convivir en Alepo, la hermana regresó a la Argentina: “Me dijeron al despedirnos: ‘eres nuestra embajadora’. Creo que no me podían hacer un elogio más hermoso. Haberlos unido a ellos a ustedes y ustedes a ellos»

Otro testimonio es el de la labor de SOS cristianos en Siria. En su sitio web, describen su misión:

Básicamente nuestro trabajo misionero en Alepo consiste en este momento en la ‘reconstrucción’…… Alguien que haya visitado o visto por fotos nuestro barrio del Midan constatará la evidencia de edificios y barrios enteros que necesitan ser restaurados. Ciertamente que, y si bien en este campo hay muchísimo por hacer, no nos referimos a esta reconstrucción como prioridad, sino a la reconstrucción de vidas con esperanza y anhelos, sanar las heridas especialmente del alma, crear espacios de sanas recreaciones y de ahí ayudar a identificar traumas que puedan haber quedado en el interior del alma después de una guerra marcada por el odio y venganza. Ayudarles a que, también en este momento, el espíritu del Evangelio reine en sus corazones y comunidad… guiarlos a esa anhelada libertad de los hijos de Dios. Es la ‘reconstrucción de nuestra pequeña comunidad cristiana’ insertada aquí, en Alepo.

Ha sido muy fuerte lo que han soportado durante estos años guerra: pérdidas de seres queridos, familias separadas por la emigración, un brusco empobrecimiento, saqueos y destrucciones… En medio de todo este panorama de mal, han sido fieles a sus principios y a su fe y es esta misma fe que les sigue ayudando a encontrar el sentido de la vida.

Mili Raffa

Fuentes: ACI prensa, SOS cristianos en Siria

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