Todas las cosas

La tierra es el único camino que puede llevarnos al cielo. No hay otro. Y la tierra no es una idea, un argumento, una abstracción o un concepto. Ni siquiera es una ley. Es una cosa, una cosa gigantesca, una gran masa de cosas enredada; es un universo.

Y debido a que debemos ser conducidos a Dios por las cosas, ellas tienen por lo tanto dentro de sí todo lo que es necesario para el cumplimiento divino de esta tarea. Es, estrictamente hablando, su papel principal.

A nuestro alrededor, la Providencia ha colocado muchos mensajeros silenciosos que pueden conducirnos sin esfuerzo por caminos de amor a la paz de Nuestro Creador.

El agua, la madera, los peces, el rocío de la mañana, el gallo cantando al amanecer, deben ser capaces de inspirar nuestra oración. Ropa y flores, perfumes y perlas, el viento silbando, el pan sobre la mesa, la jarra, la silla y el techo. Todas estas cosas han sido santificadas, todas estas cosas han sido cargadas de bendiciones e inspiración divina por la Palabra. Y todas ellas nos pueden llevar al Amor de Dios.

Pierre Charles

buscar, camino, caminos, Voluntad de Dios
Publicación anterior
Vocación
Publicación siguiente
Reflexión del Evangelio del Domingo 02 de Septiembre (Maximiliano Koch, sj)

Publicaciones relacionadas

keyboard_arrow_up