Simón, tengo algo que decirte

Tengo algo que decirte,
que ames más y juzgues menos;

que no señales la paja en el ojo ajeno
sin arrancar antes la viga que a ti te ciega;

que tires la primera piedra si estás libre de pecado,
pero si no, acaricia a quien, como tú, se ha equivocado;

que la ley se hizo para el hombre y no el hombre para la ley;

que tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo;

que no pases de largo ante el templo de carne
para llegar temprano al templo de piedra;

que no he venido a llamar a los puros, sino a los pecadores;

que siempre saldré al camino, a buscar a la oveja perdida;
también a la que se extravía por los caminos del orgullo;

que, con todas tus tonterías, también a ti te quiero.

Rezandovoy

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